EL PAN DE ESTE DÍA. Salmos 137:1. “Junto a los ríos de Babilonia, Allí nos sentábamos, y aun llorábamos, acordándonos de Sion.”. Opresión.
Habían
experimentado el poder de Dios, habían visto dividir el mar Rojo, fueron
testigos de cómo llovió pan del cielo y los sustentó por cuarenta años, vieron
el Jordán abrirse al paso de ellos, reconocieron que Dios había derribado los
muros de Jericó, consolidaron guerras y vencieron por la ayuda del altísimo;
vinieron y se apoderaron de la tierra donde gobernaban reyes poderosos como
Sheon rey amorreo y Og rey de basan; Luego se establecieron como nación bien
constituida, con leyes emanadas directamente del omnipotente; y por más de
cuatrocientos años se consolidaron como un reino. Sin embargo, a pesar de todos
estos hechos portentosos, se dejaron colonizar y en su propia tierra perdieron
la libertad.
La historia de
Israel es una historia que asombra; pues estuvieron en la cúspide del poder,
pero perdieron la primacía; textos históricos como 2 Crónicas 20:29. “Y el
pavor de Dios cayó sobre todos los reinos de aquella tierra, cuando oyeron que
Jehová había peleado contra los enemigos de Israel”. Fueron una realidad
gloriosa, lo mismo que 2 Crónicas 17:10. "Y cayó el pavor de Jehová sobre
todos los reinos de las tierras que estaban alrededor de Judá, y no osaron
hacer guerra contra Josafat”. No obstante, ahora, “los que nos habían llevado
CAUTIVOS nos pedían que cantásemos. los que nos habían DESOLADO nos pedían
alegría”.
Después de ser
establecidos y tener la gloriosa presencia de Dios, ahora están en una opresión
terrible, reducidos nuevamente a la esclavitud. ¿Por qué los que fueron más
poderosos se debilitaron y cayeron tan bajo? No fue porque los adversarios se
hicieron más fuertes, o que sus dioses eran mejores y verdaderos; sino porque
dejaron al Dios verdadero y él permitió que sus enemigos los conquistaran,
Jueces 2:14. "Se encendió contra Israel el furor de Jehová, el cual los
entregó en manos de robadores que los despojaron, y los vendió en mano de sus
enemigos de alrededor; y no pudieron ya hacer frente a sus enemigos". Por
esto se apoderó de ellos la ruina y la miseria que había en ellos; los que la
tierra los había vomitado por la maldad se alojó en sus corazones. Cosa que ya
lo había advertido el Señor: Éxodo 34:12, Guárdate de hacer alianza con los
moradores de la tierra donde has de entrar, para que no sean tropezadero en
medio de ti.
El tormento más
grande es el haber perdido una condición privilegiada pues oprimidos y en
condición de esclavos no era fácil recordar aquellos días de abundancia,
parecía que era parte de la historia, y muchos se habían quedado en historia y
no actualizaron su relación con Dios. Ellos no buscaron esa realidad perenne
que los había llevado y establecido en Canaán. Como ocurrió con Gedeón, que en
medio del azote por los vecinos se negaba a ver quién le habla y le garantiza
bendiciones: Jueces 6:13, Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está
con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus
maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová
de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los
madianitas". Cuántos viven de glorias pasadas, han oído han visto la mano
de Dios en sus padres, pero no las viven ellos en sus vidas.
Los judíos del texto en mención, recuerdan como aquellos opresores les pedían cantar en medio del abatimiento. El enemigo tomó la muerte como imperio y el pecado como aguijón para doblegar al hombre; sembrando la amargura, la tristeza, el dolor y la misma muerte. Así, el esclavo del pecado, aunque llore y grite, su triste desgracia no para el mundo. Recuerde que la opresión hace entontecer al sabio, pero, si vuelves tus ojos a Cristo Jesús el Dios verdadero, que decidió morir por ti que vivir sin ti, liberándome de la muerte y la condenación, él cambiará tu tristeza en gozo. Dale tu corazón, recíbelo bautizándote en su Nombre para el perdón de tus pecados. Sólo Jesús, te libra de la opresión del pecado y la maldad.
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