jueves, 9 de febrero de 2023

 EL PAN DE ESTE DÍA. Habacuc 2. “Sobre mi guarda estaré, y sobre la fortaleza afirmaré el pie, y velaré para ver lo que se me dirá, y qué he de responder tocante a mi queja”. Responder.

 

Como seres humanos nos negamos a aceptar la realidad y queremos respuestas a todo, y más cuando hemos expuesto una queja como lo dice Habacuc: “Ya te he presentado mi queja, y ahora voy a estar muy atento; voy a esperar tu respuesta. “Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella”. La respuesta de Dios no es lo que muchas veces esperamos, siempre asociamos a Dios con paz, con tranquilidad frescura y demás sinónimos que no revisten peligro. Y de verdad lo es, pero con aquellos que son como Él. Salmos 18:26. “Limpio te mostrarás para con el limpio, Y severo serás para con el perverso”.

 

El profeta se presenta como el guardián, que vela por los intereses espirituales de su pueblo, y, como tal, espera poder transmitir a éste la respuesta de Jehová a sus angustias. El Señor responde que le va a comunicar una revelación que debe poner por escrito en caracteres bien legibles: pero también el que la lea deberá ponerse en acción de inmediato, pues es para instrucción del pueblo, pues así servirá de testimonio para cuando ocurra, "Aunque la visión tardará un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará."

 

La palabra del Señor está comprometida en su ejecución y es en serio que vendrá su justicia. por ende, el profeta debe tener en cuenta, que mientras se realiza la profecía, el que no tiene alma recta, sucumbe, mientras que la fidelidad del justo es la mejor garantía de un triunfo definitivo, porque tiene la protección divina que le ofrece la fe: He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; más el justo por su fe vivirá. Si bien cierto que hay impíos que alarguen sus días por su maldad, al justo le irá bien. y aunque el impío haga alarde de su poderío, se consumirá su buen parecer, porque Dios no puede permitir que el impío triunfe indefinidamente, dejando al justo sin darle lo merecido.

 

Nuestro Señor Jesucristo no es un dios falso que la gente juega con Él, Él en serio tiene el control. 2 Pedro 3:9. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”. Por ello advierte, “Tardará un poco en cumplirse, pero tú no te desesperes; aún no ha llegado la hora de que todo esto se cumpla, pero puedo asegurarte que se cumplirá sin falta. Aunque veas a los ebrios de poder traicionando sus amigos, sus convicciones, su familia, y con ello ensanche sus propiedades y se haga a pueblos y gentes como aliados; un día todos éstos levantarán y se reirán: "!!Ay del que multiplicó lo que no era suyo!" déjalo, un día se levantarán sus detractores y lo harán temblar, y le harán pagar con creces, lo que hizo.

 

El hombre noble cuya alma se deleita en Dios, no puede perder la esperanza, aunque el cielo se desplome, y la tierra se consuma por la injusticia, debe vivir por la fe sin dar un paso atrás”. Debemos pensar que triste será el final del avaro y los suyos, pues acumula tesoros de maldad. Por esto: ¡Ay del que codicia injusta ganancia para su casa, para poner en alto su nido, para escaparse del poder del mal! Tomaste consejo vergonzoso para tu casa, asolaste muchos pueblos, y has pecado contra tu vida”. Estos creen que entre más acumulen riquezas les irá mejor, a ellos y su familia, “pero lo único que hiciste fue ponerlos en vergüenza. ...y tú misma te hiciste el daño. ¡Las paredes de tus ciudades son testigos de tu maldad!”.

 

La priorización de las necesidades es factor importante para el ser humano, Marcos 8:36, Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?” Por esto, Él advierte: “…Los pueblos, pues, trabajarán para el fuego, y las naciones se fatigarán en vano”. Dios desea responder al hombre noble, haciéndole cambiar y buscar el perdón de los pecados en el nombre de Jesucristo; porque él es el sabio Dios que nos ama, perdona y nos salva. 

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