jueves, 9 de febrero de 2023

EL PAN DE ESTE DÍA. Gálatas 5:16. “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne”. Lucha.

 

La vida cristiana es una vida de contradicción, esto nos constituye en los más grandes contradictores en todos los siglos; seguir la corriente o dejarse llevar por ella es lo que hacen seres volubles, sin voluntad, llevados por las corrientes sociales que saben incentivar los sentidos de quienes sólo viven en pro de satisfacer sus deseos. Efesios 2 2. “en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia”. Asunto que se convierte en excusa para los malos, pues: 1 Pedro 4:4. “A éstos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan; pero ellos darán cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos”.

 

El pecado es barato, de fácil acceso, por esto es que pecar no es algo honorífico y de mucho esfuerzo, es el ejercicio del hombre común; Pero el doblegar ese instinto y manera de vida, sí reclama no solo fuerza, sino valentía, es por esto que Jesús dice: Lucas 13 24. Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán. Mateo 7:13. “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”.

 

La ley no pudo librar al hombre del pecado, por el contrario ella a nadie justifica, mientras que la provisión del cristiano es la porción de Cristo en cada uno. Por esto es que la vida cristiana sólo puede desarrollarse por la acción del Espíritu, que es quien nos da fuerzas para vencer a la carne; “Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley”. Sólo el Espíritu es freno suficiente contra las concupiscencias de la carne; “Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis”. Quien acepta la vida en Cristo, acepta el reto de vencerse así mismo, Mateo 16:24. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, NIÉGUESE A SÍ MISMO, Y TOME SU CRUZ, Y SÍGAME”. Este es el primer fruto de un cristiano.

 

Esa oposición que involucra al hombre todo entero, con sus facultades superiores, en cuanto dominado por la concupiscencia e inclinado al mal a causa del pecado, es básicamente un conflicto no consigo mismo sino por la acción de Jesucristo cuando llega a la vida por la palabra: Hebreos 4 12. “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”. Esto se traduce como incomodidad del Espíritu que entorpece la carne impidiéndole al pecado transitar libremente en la vida del ser humano, y procurando matar en sí eso que lo aleja de Dios, para alcanzar la vida eterna: Romanos 8;5. Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.

 

El hombre tiene una constante lucha contra sí mismo, y, aunque con su sabiduría y su ciencia puede transformar su entorno, su figura, su apariencia, puede cambiar partes internas de su ser afectadas o contaminadas por una enfermedad, inclusive puede darse a la tarea de encontrar paz interna y externa obviando a Dios; Sin embargo la muerte lo sorprenderá un día para recordarle que le faltó estar en paz con el Creador que vino a buscarlo para reconciliarlo consigo mismo, y darle la oportunidad de la resurrección y la vida eterna, por medio del bautismo en el Nombre de Jesucristo para el perdón de los pecados. Sólo la presencia de Jesucristo en Espíritu, te hará más que vencedor en esta lucha contra los deseos de la carne. 

No hay comentarios: