EL PAN DE ESTE DÍA. Salmos 81:11. “Pero mi pueblo no oyó mi voz, E Israel no me quiso a mí. Los dejé, por tanto, a la dureza de su corazón; Caminaron en sus propios consejos”. Oír.
La única nación
con una historia ligada con la teología, es Israel. Desde su origen y todo el
proceso intermedio hasta su reluciente final. Nada hubiese pasado en ellos que
Dios no arreglara. Dios ha sido el progenitor como se lo hiso saber a Faraón
Éxodo 4:22, “… Israel es mi hijo, mi primogénito”. y por ello en todo tiempo y
cada reinado Él ha tenido injerencia; aunque el pueblo cometió el error de
seguir el camino de las naciones desechándolo como Rey, 1 Samuel 8:7,19. Y dijo
Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te
han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos.
(y aunque Samuel, trató de persuadirlos), Pero el pueblo no quiso oír la voz de
Samuel, y dijo: No, sino que habrá rey sobre nosotros.
El salmista
redarguye al Pueblo la razón de su desgracia, porque el objeto de protección de
Dios era ellos, pero no a ultranza, sino a voluntad, por esto lanza una voz
lastimera. ¡Oh, si me hubiera oído mi pueblo, si en mis caminos hubiera andado
Israel! En un momento habría yo derribado a sus enemigos, Y vuelto mi mano
contra sus adversarios, los que aborrecen a Jehová se le habrían sometido, y el
tiempo de ellos sería para siempre”.
Los profetas
increparon a los reyes y al pueblo para que oyeran a Dios, y por ello, Hebreos
11:37. "Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de
espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras,
pobres, angustiados, maltratados". Isaías 48:18, ¡Oh, si hubieras atendido
a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las
ondas del mar. Jeremías 9:2,3. ¡Oh, quién me diese en el desierto un albergue
de caminantes, para que dejase a mi pueblo, y de ellos me apartase! Porque
todos ellos son adúlteros, congregación de prevaricadores. Hicieron que su
lengua lanzara mentira como un arco, y no se fortalecieron para la verdad en la
tierra; porque de mal en mal procedieron, y ME HAN DESCONOCIDO, dice Jehová.
Despreciar o
desechar a Dios, es caminar en la vida sin pastor, a la deriva, y sin camino.
Isaías 53:3, Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores,
experimentado en quebranto …, fue menospreciado, y no lo estimamos”. El pueblo
autosuficiente, está condenado a perderse o sufrir hasta hallar donde anclar su
barca de dolor. Oseas 5:15, Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan
su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán.
Jesús le presentó
al pueblo de Israel un servicio adecuado a sus necesidades, con resultados
inmediatos, pero al igual que el pasado ellos lo desecharon y desconocieron,
eran como la áspid sorda y ciega que no oye los encantadores, solo quiere oír
propuestas de placer de satisfacción terrenal. Por su desconocimiento, el Señor
se anticipa a profetizar la derrota, Lucas 19:44, y te derribarán a tierra, y a
tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no
conociste el tiempo de tu visitación".
Ellos no estaban acostumbrados a escuchar el mensaje de amor y de perdón, por esto eran agrestes y duros. Juan el Bautista sabe con qué gente está tratando, a ellos les gustaba aquello que les encantara, que los hiciera sentir a gusto, por esto cuando muchos acudían a él para que los bautizara él les decía: Lucas 3:7. ¡Camada de víboras! ¿Quién les dijo que podrán escapar del castigo que se acerca?” Jesús fue rechazado por los judíos que no quisieron oír su voz; tu, no eres así, Jesús te llama y quiere entrar en tu vida, para perdonarte, ayudarte y guiarte en este mundo. Bautízate en su nombre y deja que él more en ti.
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