lunes, 3 de octubre de 2016

EL PAN DE ESTE DÍA Efesios 3:14

EL PAN DE ESTE DÍA. Efesios. 3:14 al 21. “Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo”. Familia celestial.

Pablo dice que su causa le hace doblar sus rodillas ante el Padre de nuestro Señor, sin embargo aclara textualmente que es de Él, de quien TOMA NOMBRE TODA FAMILIA en los cielos y en la tierra”. Esto dice que en el cielo hay un Nombre como referente familiar y es Jesucristo, y de la misma manera los que desean habitar con Él, deben tomar ese NOMBRE COMO REFERENTE. Entonces podemos decir sin lugar a equivocarnos que si el Hijo es Nuestro Señor Jesucristo, Tomó ese Nombre del Padre. Tenía razón cuando Jesús dijo: Juan 10:30, Yo y el Padre uno somos. El Espíritu Santo debe también tomar ese NOMBRE. Como dice 2 Corintios 3:17. “Porque el Señor es el Espíritu; …”.

Así podemos hallar la unidad completa, donde la profecía va encajando de forma magistral en los que hoy le creen. Zacarías 14:9. “Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre”. Creer pero de forma correcta, los que proclaman a nuestro Señor, como Padre. como Hijo, y como Espíritu Santo; Colosenses 3:11, “donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos”. Esto nos debe aclarar la identidad que poseemos frente al mismo Dios, Isaías 43:7, todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.

Tener bien claro lo que somos y representamos, nos ayuda a tener plena certidumbre y confianza, “para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu”. Pues no estamos divididos sino unidos por ese Espíritu Glorioso; haciendo que el hombre interior el que se gesta para vida eterna, logre desarrollarse y crecer, cobrando la fuerza necesaria para prevalecer. 2 Corintios 4:18, no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.

Este ejercicio que nos hace estar firmes en la fe que triunfa según, 2 Corintios 5: 14 al 15, “Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos”. Donde cada uno busca ser: Efesios 2:21, … el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor”. “Para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor”. Cristo Jesús es el fundamento y la máxima expresión del amor puro, maduro, que vino a darnos su vida sufriendo la muerte.

Esto nos debe remitir a las medidas insondables que contiene un amor de esa magnitud, que muy pocos buscan y por ende comprenden. Sin embargo los que buscamos queremos ser “plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura”, de esa virtud prodigada por el Señor a cada uno de nosotros, en su cruento sacrificio, que lo único que pide es un lugar en nuestro corazón.

Por esto, cuando más lo amamos más quisiéramos “conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento…”, aquí no hay teología que valga, no hay ciencia alguna que pueda llegar al conocimiento pleno de esta verdad, porque no es de los hombre sino de Dios, pues: Santiago 4:6, Él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. “Para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”. Si llegamos humildemente buscando ser de la familia, tomaremos su Nombre, “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén”.